La tarde del martes cuando estaba casi a punto de salir de mi oficina, sentimos el temblor y que diablos iba yo a imaginar la gravedad del asunto; hasta llegar a mi casa y encender la television.
He pasado estos dias diciéndome que con lagrimas no voy a resolver nada, en mi pueblo no veo movimiento de algun centro de acopio para llevar algunas cosas enlatadas, ropas o agua.
No pensé que el sufrimiento de un pueblo ajeno me iba hacer derramar tantas lagrimas, y sentir esta tristeza profunda porque ellos esos mismo haitianos que muchas veces tratamos como basuras simplemente por que buscan un mejor vivir esos haitianos hoy necesitan de nuestra ayuda.
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